Es habitual que los deportistas de resistencia no dediquen tiempo a entrenar la fuerza. Hemos oído miles de veces eso de «yo no quiero entrenar las piernas porque corro y no lo necesito» … pero nada más lejos de la realidad, ya que se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza es beneficioso para los deportes de resistencia (eso sí, debe de estar correctamente periodizado y planificado).
Para explicarte el porqué empezaremos dándote una definición de lo que es la resistencia: «capacidad de producir fuerza durante un periodo de tiempo», por ello, el entrenamiento de fuerza es determinante en las pruebas de resistencia.
¿Qué beneficios me aporta el entrenamiento de fuerza en las pruebas de resistencia?
-Mayor capacidad de producir fuerza supondrá una mayor velocidad media.
-Mejora del VO2 max.
-Mejora de la economía de carrera.
-Mejora de la velocidad máxima.
-Descenso de la percepción del esfuerzo.
-Mejora de la capacidad anaeróbica (determinante en pruebas cortas).
-Disminución del riesgo de lesión.

Recuerda que es fundamental que ese entrenamiento esté bien planificado y adaptado a tus necesidades, dependiendo del periodo de la temporada en el que estés debes trabajar la fuerza de uno u otro modo, pero no sólo eso, también dependerá de tus características y necesidades como debas trabajarlo.
Recuerda que una de las principales características de tu entrenamiento debe ser la individualización del mismo.







Apoya la pierna estirada hacia atrás en extensión de cadera, manteniendo el tronco erguido y empujando la pelvis hacia delante y hacia abajo. Debes notar que tira en la parte anterior/interna del muslo, cerca de la ingle.
Dobla la rodilla cruzando la pierna por encima de la otra (que permanecerá estirada). Empuja la rodilla con la mano contraria hacia el pecho. Debes notar que tira en el glúteo.
De pie, estira una de tus piernas atrás y flexiona la de delante desplazando hacia ella el peso de tu cuerpo. Mantén el talón apoyado en el suelo. Debes notar que te tira en la pantorrilla de atrás.
En la misma posición del ejercicio anterior, pero esta vez manteniendo también una ligera flexión de la rodilla de atrás. Ambos talones deben estar apoyados en el suelo. Notarás que te tira en la pantorrilla de atrás, pero esta vez lo sentirás un poquito más abajo y más profundo que en el estiramiento de gemelos.





