Lesiones fasciales
¿Nos podemos lesionar la fascia?
Sí, de hecho es una estructura que se encuentra inervada sensitivamente (por aparato de Golgi y células de Ruffini) por lo que cursará con dolor. Además al ser un tejido que se encuentra de forma continua es lógico pensar que va a afectar a la funcionalidad de varios músculos y puede dar los siguientes problemas:
- Sensitivos (dolor).
- Propioceptivos (alteración de la posición por culpa del dolor).
- Vasculares (retracciones que dan lugar a hormigueos).
- Mecánicos (pérdida de fuerza al no ser tan eficiente en el reclutamiento de fibras musculares).
Es importante que en su regeneración (que corre a cargo de los fibroblastos) se eviten fibrosis y densificaciones de este tejido conectivo que ponga en compromiso esa trasmisión de fuerzas.
Por ejemplo: un corredor que tras la rotura muscular de isquiotibiales y tras seguir una rehabilitación excesivamente sedentaria no vuelve a encontrarse igual en su carrera y sufre habitualmente de ese compartimiento posterior de la pierna (sobrecarga recurrente en isquios, gemelo, etc). Estaríamos con casi total seguridad en un escenario donde a parte de otros problemas consecuentes encontraríamos una retracción fascial que modifique la biomecánica de la carrera de este corredor.
Pequeña reflexión personal.
En relación a lo dicho anteriormente, lo ideal para un trabajo fascial de una persona que no se dedique al deporte profesional es trabajar la fuerza en un rango amplio y variado de movilidad para permitir que la disposición de las fibras de colágeno sea multidireccional y se deslicen entre ellas y las fibras de elastina sigan proporcionando esa elasticidad óptima.
A este respecto, la práctica de varios deportes de forma intercalada sería una buena opción.
No debemos olvidar, que fuera del deporte también es frecuente encontrar problemas fasciales por retracciones en aquellas personas que permanecen por ejemplo mucho tiempo en una misma posición por el trabajo, sentados, con la cabeza anteriorizada, hombros hacia delante, acortamiento de la musculatura anterior de los antebrazos que cursan incluso con hormigueos en las manos…
¿Qué podemos hacer?
Muévete, de forma controlada, ganando amplitud en cada gesto deportivo, lucha contra los desequilibrios posturales y cuando lo tengas, aumenta progresivamente la fuerza.
Es papel del fisioterapeuta orientarte en tu trabajo y a partir de técnicas directas de manipulación e indirectas basadas en posiciones mantenidas y jugando con la respiración conseguir la meta:
Restaurar el deslizamiento fascial impidiendo retracciones y, por tanto, mejorar la organización correcta de las líneas de fuerza dentro de la fascia.
(se recomienda la lectura del post “cicatrices: fibrosis y adherencias”)
Rafael Sangil Alcodori, fisioterapeuta colegiado 4571.